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"SIR ROBIN"

"SIR ROBIN"
Ganador del Clásico "Clausura 2008" Hipódromo de Porongoche

"PORONGOCHE"

"PORONGOCHE"
Tribuna preferencial 16 de mayo del 2008

"Por Algo Sera"

"Por Algo Sera"
Stud Piromix participo con 26 ejemplares el 16 de mayo 2008

"Porongoche 2008"

"Porongoche 2008"
Tribuna de Socios y Preferencial

VETERINARIO


DETECION

En numerosas ocasiones resulta muy fácil ver que un animal está enfermo: muestra un estado abatido y triste, ojos inexpresivos, cabeza baja y color apagado...Pero debemos darnos cuenta de que algo falla antes de que su estado se muestre de forma tan obvia. A continuación listamos algunas de las señales que nos facilitará nuestro caballo para indicarnos que no se encuentra bien, preste atención a ellas porque pueden prevenir una enfermedad grave: Respiración y/o pulso acelerados: tenga en cuenta que la respiración de un caballo sano ronda entre las 8 y las 12 inspiraciones por minuto y que su pulso aproximado es de 36-42 latidos por minuto. El caballo se tumba en el suelo. Se queda quieto y se niega a andar. Sus heces son pequeñas, líquidas o de un color extraño; o bien su orina es de un color extraño. Cojea: las cojeras son fáciles de ver, pero no lo es tanto el determinar en qué extremidad tiene el problema. Para ello deberá examinar cada una de ellas y ver si alguna está caliente, si tiene alguna herida o algún objeto enganchado en la herradura. Además haremos trotar al caballo, sabiendo que: Si la cojera está en las extremidades delanteras, bajará la cabeza al cargar el peso sobre la mano sana y la subirá al pisar con la mano enferma. Si la cojera está en las posteriores la cadera del pie afectado tenderá a levantarse más.

AZOTURIA

La azoturia equina es un problema digestivo que afecta a los músculos. Ocurre cuando se trabaja demasiado a un caballo que ha estado parado con dieta de trabajo completo. El caballo se vuelve rígido e inseguro y puede llegar al colapso. Esta enfermedad puede afectar por igual a cualquier caballo o yegua y a cualquier edad, y además, es una enfermedad bastante desconocida, por lo que los síntomas pueden ser diferentes dependiendo del animal. Síntomas: • El caballo aminora la marcha de repente y sin motivo aparente. • Sus músculos se vuelven rígidos. • Comienza a sudar. Causas Sobrecarga de hidratos de carbono: un ejemplo clásico es un caballo que está descansando el fin de semana con alimentación plena, y al cabo de unos días vuelve al trabajo, manifestándose entonces la enfermedad. Falta de oxígeno suministrado por la sangre: normalmente ocurre al principio del ejercicio. Deficiencia de ti amina : Es una vitamina B que puede dar lugar a deficiencias en el ácido láctico. Deficiencias en la vitamina E Desequilibrios hormonales Consecuencias Rigidez de los miembros Dolor a la palpación Sudores intensos Fiebre Resistencia al movimiento Orina oscurecida Como en toda enfermedad, la mejor receta es la prevención. Para prevenirla, es conveniente garantizar un equilibrio entre la alimentación y el ejercicio, de modo que se compense una dieta equilibrada de acuerdo con su carga de trabajo, reduciendo el consumo alimenticio durante los períodos de inactividad del animal. Tratamiento: • Bajarnos del caballo, en caso de que nos encontremos montando. • Dejar que el animal se quede quieto, evitando movimientos excesivos. • Mantenerlo caliente. • El ataque deberá remitir pasado un rato, si no es así deberemos ponernos en contacto con el veterinario.

BOTIQUIN DE PRIMEROS AUXILIOS

Descripción: Si pretendemos estar en disposición de poner solución a los pequeños problemas que presente nuestro caballo, resulta imprescindible que en nuestra caballeriza exista un botiquín que para ser completo deberá tener todos estos elementos: • Algodón tamaño hospital. • Aceite de ricino; muy útil para reblandecer. • Sulfato de magnesio. • Antiséptico, para la limpieza de las heridas. • Sal de mesa. • Rollo de apósito. • Vendas (grandes y normales). • Agua oxigenada, sólo para las heridas punzantes del casco (siempre bajo la indicación del veterinario). • Linimento para golpes, a utilizar para endurecer la piel que ha sufrido una rozadura o mataduras que han sido ocasionadas por la cincha, una vez ha sido curada la herida.. • Sulfato de magnesio y glicerina en pomada. • Tijeras. • Termómetro. • Bolsa de frío instantáneo. • Gasas estériles. • Toalla. Conviene que este botiquín se encuentre siempre limpio y con todos sus elementos ordenados, de tal manera que en caso de urgencia sepamos a donde debemos acudir de manera inmediata. Todos aquellos que se encarguen del cuidado del caballo deberán conocer la existencia de este botiquín y su contenido.

CABALLOS ENFERMOS vs CABALLOS SANOS

Descripción: Existen numerosos determinantes que nos ayudarán a saber si nuestro caballo está padeciendo cualquier tipo de enfermedad, algo que podremos llegar a saber realizando un sencillo examen del animal. Hay dolencias como las heridas, que resultan muy fáciles de localizar y tratar, pero existen otras que son de carácter interno y por lo tanto es mucho más difícil llegar a saber de su existencia. A continuación le señalamos una serie de elementos que le ayudarán a diferenciar entre un caballo sano y otro que presenta alguna enfermedad. CABALLO SANO: • Ojos limpios y brillantes. • Capa brillante, sin caída de pelo. • A la hora de comer lo hará bien, mascando con facilidad. • Orina casi transparente o de color amarillo pálido. • Sus extremidades y cascos deberán estar fríos, sin ningún tipo de inflamaciones. • Al andar, repartirá el peso uniformemente entre sus cuatro extremidades (sin embargo, tenga en cuenta que el cambio constante del peso de una extremidad a otra, sobre todo en las delanteras, no es un buen síntoma. • Su temperatura correcta se sitúa alrededor de los 38ºC. • Su pulso, en reposo, oscilará entre las 36 y 42 pulsaciones por minuto. • Su respiración, también en reposo, variará entre las 8 y las 12 inspiraciones por minuto, debiendo hacerse con suavidad y sin esfuerzo. CABALLO ENFERMO: • El aspecto general de un caballo enfermo es de abatimiento y tristeza. • Las orejas estarán caídas hacia atrás, la cabeza baja y los ojos se mostrarán inexpresivos y apagados (incluso en ocasiones le llorarán). • Su pelo habrá perdido el aspecto brillante y se mostrará opaco. • En caso de que observemos que se echa sin un motivo claro, debemos tener en cuenta que es un síntoma de enfermedad. • Si observamos que escarba, que suda mucho y que se muestra inquieto, lo haremos ver por un veterinario, puesto que todos ellos son síntomas de un cólico. • Para determinar la existencia de una contusión, palparemos la zona, ésta existirá si observamos calor (en ocasiones vendrá acompañada de una clara inflamación). • Aunque las cojeras pueden resultar evidentes, en ocasiones resulta difícil concluir en qué extremidades se encuentra la dolencia, para poder ponerle solución. Una forma de saberlo es la siguiente: o En primer lugar miraremos los cascos, tratando de ver si alguno está caliente o si existe alguna herida o piedra encajada. o Después palparemos toda la extremidad. o A continuación, haremos que el caballo trote, teniendo en cuenta lo siguiente: si la cojera se encuentra en los anteriores, bajará la cabeza al cargar el peso en la mano buena y la levantará al pisar con la mano que le produce dolor. En caso de que la cojera se encuentre en las extremidades posteriores, el corvejón y la cadera del pie afectado parecerán levantarse más al pisar. Por supuesto, todo lo aquí comentado nos servirá como un primer acercamiento a un posible problema, en caso de que comprobemos que éste exista o de que simplemente observemos que el aspecto general del caballo empeora, lo más adecuado será ponernos en contacto con el veterinario, el único que podrá determinar la existencia de la enfermedad y el tratamiento más adecuado en cada caso.

¿CUÁNDO LLAMAR AL VETERINARIO?

Descripción: Existen algunos problemas o heridas que podemos solucionar nosotros mismos, pero existen otras en los que será de vital importancia llamar al veterinario. Hágalo cuanto antes siempre que: • El caballo tenga una temperatura mayor de 38º C. • Si ha sangrado abundantemente o tiene cortes de importancia. • Si muestra un carácter extraño. • Si presenta síntomas de dolor evidentes. • Si saliva en abundancia; puesto que puede ser el síntoma de haber comido alguna hierba nociva o haberse clavado algo en la boca. • Si se tambalea al andar (puede haberse envenenado). • Si parece que intente vomitar, arqueando el cuello y el dorso y haciendo esfuerzos con los músculos de la barriga (puede existir algún problema en el esófago).

COLICOS I

Descripción: Los cólicos pueden ser de diferentes tipos, entre los más comunes cabe señalar: • Cólico espasmódico: produce en el caballo dolores fluctuantes. • Cólico hepático: producido por el paso de un cálculo por las vías biliares. • Cólico renal: debido al paso de un cálculo por las vías urinarias. • Cólico de torsión: producido por la torsión del intestino del caballo. Se trata de fuertes dolores de vientre que sufre el caballo que pueden ser debidos a múltiples causas; las más habituales son: • Un cambio repentino en la dieta del animal .• Un empacho. • Una infestación parasitaria. Síntomas: Podremos advertir que el caballo está sufriendo un cólico si vemos que se muestra inquieto, se revuelve y empieza a sudar. Tratamiento: • Prohibirle comer o beber. • Evitar que se revuelque y prepararle una abundante cama si vemos que no puede dejar de hacerlo. • En caso de que estos dolores se prolonguen deberá llamar al veterinario

COLICOS II

Descripción: Etimológicamente el término “Cólico” significa "dolor de colon". En nuestros días el significado de este vocablo se ha extendido y ahora se considera cólico a cualquier dolor localizado en la cavidad abdominal. En definitiva, se trata de dolencias del aparato digestivo caracterizadas por dolor, y que se acompañan de alteraciones funcionales e incluso en la topografía de las vísceras de la cavidad abdominal. Todos los que estamos relacionados con el mundo de los caballos hemos oído hablar en alguna ocasión de los temidos cólicos, que actualmente representan entre el 15 y el 20% de los actos clínicos que desarrolla el veterinario dedicado a la medicina equina. El cólico es sin duda la principal causa de muerte en caballos. Conocer esta enfermedad, sus síntomas y tratamientos, es por tanto de vital importancia para cualquier cuidador. POR QUÉ LOS CÓLICOS PERJUDICAN AL CABALLO El caballo es, sin dudas, el animal que más sufre las consecuencias de los cólicos; la causa está íntimamente relacionada con múltiples y variadas cuestiones que tienen que ver con las características físicas y de comportamiento del animal. Una de las más importantes es la que viene determinada por las propias condiciones anatómicas de los caballos: ellos poseen un intestino con una longitud aproximada de 30 a 35 metros y con una marcada variación en su tamaño. A esto debe sumarse un estómago de tamaño reducido, caracterizado por un rápido tránsito gástrico, lo que provoca que durante el día deba vaciar varias veces su contenido, enviando al intestino alimentos con insuficiente grado de digestión. Otro de los motivos fundamentales son los errores en la nutrición; fundamentalmente relacionados con la calidad y cantidad de la ingesta suministrada. Pero además debemos tener en cuenta el trabajo que a diario realiza el animal, el excesivo ejercicio, los enfriamientos, la administración de bebidas frías... son todos factores de riesgo que ponen al caballo en las condiciones perfectas para ser “atacado” por un cólico. CAUSAS DETERMINANTES DE LA ENFERMEDAD El cólico puede ser definido como el dolor percibido por el animal que padece un cuadro de abdomen agudo con localización en el aparato gastrointestinal o en los órganos genitourinarios. Sabemos que los animales perciben el dolor, porque el mismo genera un conjunto de anomalías perjudiciales para todo el organismo. Las principales causas de cólicos en equinos podemos encontrarlas en la propia alimentación y en los parásitos del aparato digestivo. • Motivos alimenticios: • Una dieta escasa. • Una dieta excesiva. • Dieta compuesta por alimentos muy ricos en energía o muy ricos en proteína • Dieta con una cantidad excesiva de fibra bruta poco digestible. • Aguas duras, el agua en cantidad insuficiente o cuando ésta se administra - excesivamente fría o contaminada. • Parásitos del aparato digestivo: es la causa más frecuente de cólico en los caballos: - hasta un 30% en animales estabulados y el 90% en animales en libertad. • La desparasitación rutinaria disminuye la presentación de cólicos de forma considerable. SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD Si un caballo sufre un cólico, dará signos evidentes de ello. Conviene estar atentos, cuanto antes interceptemos la enfermedad, mayor posibilidad tendremos de sanar al animal. En primer lugar es importante la observación del estado general y del comportamiento del equino durante algunos minutos. Un caballo con un cuadro de cólicos dará claros síntomas de inquietud: se dirige de un lado a otro del box o piquete, escarba o rasca el suelo, efectúa cambios frecuentes de posición (se acuesta y se levanta), expresa su dolor con miradas angustiosas orientadas hacia los flancos, tiende a echarse con cautela o de manera brusca y suele revolcarse. En caso de que sospechemos de que existe la enfermedad, deberemos observar otra serie de signos importantes: • El tamaño del abdomen (aumento de uno o ambos lados), las heridas y los traumatismos que se producen por el intenso dolor. • La presencia de comida en el comedero. • Ausencia de orina en la cama. • Posibles dificultades para orinar. • Modificaciones en la materia fecal. • Sudoración intensa, con importante pérdida de agua y los electrolitos (que si no se reponen conducen a un estado de shock). CONDUCTA A SEGUIR En caso de que observemos alguno de los síntomas antes expuestos, conviene que nos pongamos en contacto con el veterinario de inmediato. La rápida intervención del profesional se hace imprescindible, ya que es el único capaz de determinar el diagnóstico real y el tratamiento adecuado; a lo que procederá tras un exhaustivo análisis del animal. Además y lo que no es menos importante, calmará el dolor y tratará de restablecer el normal funcionamiento digestivo. Pero además, existen una serie de Medidas preventivas que podemos llevar a cabo: • Prohibirle comer o beber. • Evitar que se revuelque y prepararle una abundante cama si vemos que no puede dejar de hacerlo. El tratamiento, que siempre deberá ser determinado por el veterinario, dependerá de la causa que lo origine, pero en reglas generales se calma el dolor para evitar autolesiones y se administran antiespasmódicos. En los casos graves puede ser necesaria la intervención quirúrgica para salvar la vida del animal. LA MEJOR CURA, LA PREVENCIÓN Como con cualquier enfermedad, prevenir la aparición del cólico es siempre la mejor opción. Para ello es necesario disminuir las causas que predisponen a desencadenar un cuadro de este tipo. Procuraremos corregir las alteraciones de los dientes, deberán efectuarse tratamientos contra los parásitos gastrointestinales y se proscribirán las bebidas frías. Deberá controlarse estrictamente el racionamiento, es decir, la calidad y la cantidad de los alimentos suministrados. Conviene recordar que los equinos son sumamente sensibles a cualquier alteraciones en su alimentación, que puede ser una de las principales causas de enfermedad. Si el caballo se encontrase estabulado, será conveniente distribuir el alimento en varias tomas al día. Debemos recordar que los caballos, por sus características anatómicas, no pueden vomitar, por lo tanto, se puede producir una dilatación gástrica, con el riesgo de ruptura del órgano y posterior muerte. Si el cólico es detectado a tiempo, el animal sanará casi con total seguridad. Que su estado sea el adecuado tras la enfermedad dependerá de diferentes puntos, como la propia causa que provocó el cólico, la rapidez con que se reconocen los primeros síntomas, la realización inmediata de un adecuado tratamiento, la respuesta al tratamiento efectuado, la presencia de complicaciones generales (deshidratación, shock, etcétera), el restablecimiento de la fisiología gastrointestinal normal.

COMO CURAR PEQUEÑAS HERIDAS

Descripción: Las heridas son, por desgracia, algo bastante común en el caballo, sobre todo tras jornadas de trabajo. Aunque en principio no tienen porque suponer ningún problema, lo cierto es que conviene que procedamos a su limpieza y curación cuanto antes, puesto que pueden convertirse en un foco de infección que conlleve la aparición de dificultades que son del todo evitables. Lo primero que deberemos hacer cuando localicemos una herida es limpiarla a fondo. Para ello rociaremos agua fría sobre la misma, de forma suave; con esto conseguiremos contraer los vasos sanguíneos, al tiempo que un flujo continuo de agua ayudará a eliminar toda la suciedad acumulada en la zona, así como la sangre coagulada. Una vez que la hayamos limpiado con el agua, podremos determinar la profundidad y gravedad de la herida, concluyendo si va a necesitar o no puntos. En caso de que sea evidente que así va a ser, nos limitaremos a tapar la herida con un suave vendaje, dejando el resto del trabajo al veterinario. Si nos encontramos fuera de casa, deberemos ser capaces de valorar si el caballo será o no capaz de volver por sus propios medios. No conviene correr riesgos, en caso de duda siempre es recomendable localizar un medio de transporte. En caso de que se trate de una herida superficial y queramos proceder a su curación, comenzaremos por lavar la herida y las zonas que la rodean con una solución salina (se preparará con una cucharada pequeña de sal disuelta en un litro de agua). Tras esto, las protegeremos con pomada de cinc o aceite de ricino. Por supuesto el objetivo de esta primera cura debe ser el de proteger la herida de tal manera que se controle la hemorragia, al tiempo que evitar que se infecte. En caso de que la herida presente trozos de madera o de metal clavados, deberá ser el veterinario el encargado de extraerlos. No conviene apretar la herida y en ese caso la dejaremos destapada esperando la actuación profesional lo antes posible. Por supuesto y una vez pasada la primera fase de “peligro”, convendrá comprobar que la vacuna del tétano se encuentre al día.

COMO SABER SI TIENE FIEBRE SI USAR UN TERMÓMETRO

Descripción: Si observa que su caballo se comporta de manera extraña, tal vez sea porque tiene fiebre. Si no dispone de un termómetro a mano para comprobarlo, le proponemos que pruebe a tocarle las orejas; si éstas están calientes, es un síntoma de que la fiebre está allí. Claro está que el calor en las orejas puede ser producido por otras causas, pero una cosa es del todo cierta, si el caballo tiene las orejas frías puede estar tranquilo porque no tiene fiebre.

GRIPE

Descripción: Se trata de una enfermedad relativamente fácil de detectar ya que produce un notable empeoramiento del aspecto del animal, que parece volverse triste y decaido. Síntomas: • Ojos llorosos. • Mucosidad. • Temblores. • Pulso y respiración acelerados. Tratamiento: • Tomar la temperatura al animal, para determinar si tiene o no fiebre (la tendrá si el termómetro indica más de 38º), en caso de que así sea deberemos llamar al veterinario, nunca trataremos a un animal que tenga fiebre. • Mantenerlo caliente, con mantas y vendas; asegurándonos de que en la cuadra no existen corrientes de aire que pueden perjudicarle pero sí que está ventilada. • Para descongestionarle trataremos de que inhale vapores balsámicos; para ello le colocaremos en el fondo de una bolsa unas gotas de este tipo de compuesto, sobre el cual pondremos un puñado de heno remojado con agua caliente. • Para aliviar la inflamación de la garganta y reducir el dolor, es conveniente colocar unos paños calientes sobre la misma. • Si los síntomas persisten después de 24 horas lo más conveniente es llamar al veterinario, ya que se pueden presentar complicaciones imprevistas.

HERIDAS

Descripción: Es muy común que nuestro animal se produzca múltiples rasguños y heridas, en principio no deben preocuparnos excesivamente pero deberemos prestar especial atención al lugar donde se producen y a su curación (observar si tarda excesivo tiempo en sanar).Tratamiento: Lo más importante es limpiarla a fondo, con el fin de que el animal no contraiga otras enfermedades, para ello le recomendamos que siga las siguientes instrucciones: • Lave la herida con un chorro abundante de agua fría: esto ayudará a contraer los vasos sanguíneos al tiempo que eliminaremos la suciedad y la sangre coagulada, con lo que podremos analizar mejor la herida. • También puede utilizar una solución salina para lavar la herida y las zonas circundantes: una cucharada de sal de mesa disuelta en un litro de agua. Además conviene que tenga en cuenta los siguientes puntos: • Si se trata de una herida superficial, le recomendamos que la proteja con aceite de ricino. • En caso de que la herida sea importante y resulte obvia la necesidad de dar puntos, deberemos tapar la herida con un vendaje ligero, dejando todo lo demás en manos del veterinario. • Nunca hurgue en una herida para determinar su profundidad. • Si se produce una hemorragia, deberá intentar cesarla presionando la herida con una venda, para lo cual colocaremos previamente una gasa o pañuelo limpio sobre la misma. • En caso de que existan trozos de madera, metal o algún otro objeto clavados en la herida, deje al veterinario la tarea de retirarlos y deje la herida destapada. • Evite que el caballo se toque las heridas. • Compruebe que la vacuna del tétano está al día. De cualquier manera debe tener en cuenta que usted sólo puede realizar una primera cura y que todo aquello que implique cualquier tipo de complicación deberá dejarlo en las manos expertas de un veterinario.

LAMINITIS

Descripción: Se trata de una inflamación de las láminas interiores del casco. Suele ser debida a un cambio en la dieta en el que se introduce una alimentación mucho más rica o bien a un exuberante pasto nuevo. Síntomas: Debido a la inflamación, el casco no puede expandirse para aliviar la presión por lo que el animal acaba por apoyarse en los talones tratando así de aliviar el dolor; de esta forma podremos percibir que algo ocurre, ya que notaremos serias dificultades para el movimiento. Tratamiento: • Reducir de forma drástica la comida. • Aplicar calor. • Colocar el casco en una solución caliente de sulfato de magnesio (que verteremos sobre un cubo). • Vendar la zona sin apretar. • Para paliar el dolor podemos disolver unas cuantas aspirinas (alrededor de cinco) en un poco de agua, las mezclamos con miel y harina y untamos toda esta mezcla en la lengua cada cuatro horas hasta que el veterinario nos de un analgésico más adecuado. • Llamar sin falta al veterinario.

SARNA: Prevención y cuidados

Descripción: La piel del caballo es una parte expuesta constantemente a infecciones y enfermedades parasitarias que, además de resultar enormemente molestas para el animal, pueden llegar a suponer un serio riesgo para su vida. La sarna es, sin lugar a dudas, una de las enfermedades parasitarias más comunes entre los equinos; por ello conviene conocerla bien, saber cuáles son sus diferentes manifestaciones, el por qué aparece en determinados caballos y cómo debemos luchar contra ella. Algo que se hace aún más importante durante la época de calor, cuando proliferan los mosquitos (una de las principales formas de propagación de este tipo de enfermedades) y la falta de humedad provoca la aparición de polvo y suciedad en la que los ácaros se encuentran a sus anchas. Ir Arriba TIPOS DE SARNA La sarna del caballo surge por la acción de diversos tipos de ácaros que se asientan en determinadas zonas del cuerpo del animal. Debido a esos ácaros, el caballo comenzará a tener un fuerte prurito y el pelo, antes brillante, se tornará opaco y se llenará de costras y ampollas. Podemos citar tres tipos fundamentales de sarna que aparece en los caballos: • SARNA SARCÓPTICA: causada por el “Sarcoptes equi”, un parásito que se introduce en la piel del caballo, donde deja sus huevos. Este tipo de parásito se manifestará primeramente en la cabeza (labios, ojos y orejas), espalda, cuello y en la zona de la silla; desde estos lugares se irá expandiendo por el cuerpo del animal. Localizaremos este tipo de sarna de la siguiente forma: o Comenzará con un fuerte picor, que aumentará en los momentos es que expongamos al caballo al sol, en el interior de establos calurosos y durante la noche. o Podremos apreciar unos pequeños bultos sobre la piel, perfectamente perceptibles al tacto. o El pelo se agrupará en mechones que corresponden a cada uno de estos nódulos. o El pelo se caerá con facilidad, dejando pequeñas alopecias. En algunas de estas calvas podremos localizar llagas, que terminarán por transformarse en costras espesas. o Si la sarna continúa, acabarán por formarse bastas zonas cubiertas por costras, con llagas que se localizarán principalmente en el cuello y en la garganta. o Llegados a este punto, el caballo se encontrará claramente desmejorado, se mostrará desganado y apenas comerá. • SARNA PSORÓPTICA Y AURICULAR: causada por el parásito denominado “Psoroptes equi”, el cual busca las zonas del cuerpo provistas de pelo largo, así como las partes de flexión de las articulaciones. El modo de contagio es por contacto directo o por transmisión por arneses. Debajo del mechón de la nuca, debajo de la ingle, en el muslo, axilas, zonas de la grupa... son los lugares preferidos por este parásito que provocará un intenso y desagradable picor en el animal. El caballo suele reaccionar ante este picor sacudiendo violentamente la cabeza. • SARNA CORIÓPTICA: también denominada “Sarna de los pies”, puesto que suele comenzar en la zona de las extremidades posteriores desde donde avanza para cubrir, principalmente en el caso de los potros, todo el cuerpo. A pesar de esto se trata del tipo de sarna menos contagioso y su avance suele ser lento, en muchas ocasiones puede estar localizado en una única extremidad durante largos meses. Por supuesto su aparición se hará notar con un fuerte picor, ante el cual el caballo reaccionará dando pisotones al suelo de manera continuada y mordiéndose las cuartillas. A simple vista localizaremos la sarna a través de una descamación en la piel que terminará en la caída de la epidermis, llevando poco a poco a la formación de costras escamosas y a la aparición de grandes llagas transversales. CÓMO COMBATIR LA SARNA Ahora que conocemos las formas y síntomas que pueden presentar los diferentes tipos de sarna, conviene saber cómo actuar ante ella. En primer lugar debemos hacer fuerte hincapié en la necesidad de mantener las caballerizas y elementos que tengan que ver con el caballo perfectamente limpios. Debemos tener en cuenta que los ácaros y parásitos se desarrollan a sus anchas en la suciedad, por lo que nunca está de más que las caballerizas, patios, potreros y arneses se desinfecten con abundante creolina, lisoformo y agua con sal. Es muy importante ubicar y retirar los bebederos y comederos de las excretas, para evitar que se contaminen; eso sin olvidarnos de que es fundamental que nuestro caballo tenga acceso al agua limpia y fresca durante todo el día. Mantener al caballo fuera de la caballeriza, al aire libre y realizando ejercicio bajo el efecto curativo del sol, es siempre recomendable; no sólo estará más alegre sino que además lo mantendremos por más tiempo alejado del peligro que supone el contacto con sus excrementos. Retirar el estiércol todos los días resulta una tarea prioritaria; una vez retirado, este estiércol deberá ser depositado en un estercolero que estará colocado lo más lejos posible de las caballerizas para que éste se deseque con los rayos del sol, de este modo los parásitos, los huevos y las larvas serán destruidos por el simple exceso de calor. Un buen cuidador deberá llevar a cabo un control de desparasitación para todos los caballos. Un control que deberá ser respetado correctamente si queremos evitar la infestación, la sobrecarga parasitaria, la contaminación ambiental, la transmisión a otros caballos e incluso la reinfestación de los animales. Este programa de desparasitación deberá tener en cuenta múltiples variables; desde el tipo de parásitos existentes y su cantidad en el animal afectado, el tipo de tratamiento llevado a cabo, el estado de las caballerizas, el estado de los alrededores... Vigilaremos muy de cerca los medicamentos dados, cambiándolos a menudo para evitar que los parásitos generen su propia resistencia. De cualquier manera y en caso de que su animal se contagie con la sarna, paracombatirla deberá llevar a cabo los siguientes pasos: • Lo primero que hay que hacer es proceder al esquileo general, incluidas las crines y a la consiguiente quema de todos los pelos cortados. • Continuaremos limpiando la piel con un cepillo blando y mucho jabón. En esta limpieza deberemos poner especial cuidado en las costras aparecidas a causa de la sarna, para no dañar innecesariamente al animal. • Aplicaremos cataplasmas con una solución a base de esteres fosfóricos. El uso de cataplasmas sirve para eliminar la infección, reducir la inflamación, aliviar las contusiones y limpiar las heridas; deben dejarse puestas un máximo de 12 horas, pasadas las cuales convendrá repetir la aplicación; además no conviene colocarlos durante más de tres días seguidos, a no ser por indicación expresa del veterinario. No nos cansaremos nunca de señalar la enorme importancia de llamar al veterinario en el momento en que advirtamos cualquier problema en nuestro animal. El es el único que, tras realizar un examen exploratorio, podrá determinar el alcance de la enfermedad y, por supuesto, el tratamiento más adecuado a seguir. Una vez curado al animal y para prevenir una nueva aparición, convendrá llevar a cabo algunas medidas de prevención, como son: • Seguir una alimentación intensiva y abundante, en la que pongamos especial atención a la calidad de los piensos así como al aporte vitamínico. Administrar reconstituyente con vitamina B12 es siempre adecuado. • Los animales afectados deberán permanecer al aire libre y , en caso de ser posible, en el pastizal. Ni que decir tiene que los animales afectados deberán ser separados de los sanos, teniendo en cuenta que el contagio entre un animal enfermo y otro que no lo está es relativamente sencillo, pudiendo producirse por contacto directo o indirecto (sillas, lugares de cobijo...); toda precaución es poca. Y como solemos indicar, una correcta alimentación, una adecuada rutina de limpieza y un programa de ejercicios adecuados es la mejor prevención para cualquier enfermedad. Cuidemos correctamente a nuestro animal para no tener que lamentar sus enfermedades.

TIRONES

Descripción: El caballo puede sufrir tirones en cualquiera de sus extremidades y éstos pueden ser muy graves, dejando al caballo parado hasta todo un año y en los peores casos para siempre. Las causas que los producen suelen ser un mal paso o un terreno demasiado blando, produciéndose más normalmente en los momentos en que el caballo se encuentra galopando o saltando.



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