Hipódromo de Monterrico.-
Ha pasado más de una semana de la renuncia en conjunto de 5 directores de Jockey Club del Perú (JCP) y en el Hipódromo de Monterrico se ha generado todo un compás de espera en torno a lo que podría pasar en los siguientes días. La dimisión en bloque de la mayoría de miembros del Consejo Directivo de la institución de Surco es, sin duda, uno de los hechos que la historia del turf recordará por siempre.
¿Pero qué impulsó a que Samir Abudayeh Giha (vicepresidente), Carolina García de Said (tesorera), Juan Pazos Battistini, Jorge Nicolini Bernucci y Ray Balarezo del Valle (directores) se alejaran de sus cargos de forma irrevocable y dejaran sin quórum al directorio?.
Perú Hípico ha recogido a lo largo de estos días diversos testimonios y pruebas respecto a las razones y motivos que terminaron por originar este cortocircuito al interior de la institución. Aunque no ha recibido, hasta el momento, respuesta de las autoridades del club para que puedan declarar de forma pública, sí tiene material para contar los pormenores de este delicado episodio.
La historia empezó la mañana del 10 de abril, cuando se celebró la última sesión del Consejo Directivo. Allí, el primero en anunciar su alejamiento fue Juan Pazos, quien habría quedado desairado por el presidente de la institución, Luis Razzeto, ya que éste decidió no ratificarlo como presidente de la Comisión Hípica, acaso el más importante grupo de trabajo y que está directamente involucrado en el desarrollo del espectáculo.
Cuando Peter Ramsey, ex director del JCP, renunció a su cargo a inicios de marzo, también dejó vacío el puesto de titular de la Comisión Hípica y de la Comisión de Análisis. La primera recayó interinamente en Juan Pazos –quien ya lo había reemplazado en anteriores ocasiones, cuando se presentaron pedidos de licencia de parte de Ramsey– y la segunda comisión quedó en manos de Roger Hoyle.
Samir Abudayeh, vicepresidente de la institución, solicitó en aquella sesión del 10 de abril que se sometiera a votación la elección de Pazos Battistini, pero no solo recibió la negativa del titular del JCP, sino del mismo Hoyle Villacorta.
Hay quienes sostienen que otro de los motivos que terminó por impulsar el alejamiento de Juan Pazos fue el incumplimiento de los acuerdos que se habían tomado el 22 de agosto del año pasado y que estaban vinculados al mejoramiento de la parte administrativa del club. Versiones señalan que en aquella ocasión algunos directores del JCP ya habían tomado la decisión de apartarse de sus cargos, pero cuando se adoptó ese acuerdo reconsideraron la idea, pues creyeron que un cambio de ese tipo requería del apoyo de todos.
En aquella reunión del 22 de agosto del 2013, según se divulgó a través de los medios informativos del JCP, se acordaron varios puntos que auguraban una vuelta de tuerca en la forma como se estaba manejando la institución. Se habló de consultorías administrativas, auditorías integrales y tasación de obras, entre otros asuntos. Hasta el momento no se ha anunciado en qué han quedado esas propuestas, ni mucho menos si hay resultados al respecto. Al parecer eso colmó la paciencia del abogado, quien dimitió el 16 de abril último.
Una semana después, el 23 del pasado mes, un correo electrónico motivó otro desacuerdo en los miembros del directorio que todavía quedaban en sus cargos. Fernando Rodríguez Cánepa, abogado del Jockey Club del Perú, envió una misiva a nombre de Luis Razzeto Ríos, donde señalaba que se habían hecho observaciones a las bases de los concursos públicos que recientemente estaba convocado la institución hípica y les remitía el nuevo texto para su revisión y comentarios.
Dichas observaciones se habían hecho en conjunto con el Gerente General Fernando Drago Salcedo, el director Roger Hoyle Villacorta y el abogado Fernando Del Mastro, según refiere Cánepa.
Al parecer este tema no solo fue mal visto por varios de los directores que quedaban en ejercicio, sino que no fue aceptado y originó dos días después, la renuncia de Ray Balarezo, Jorge Nicolini y Samir Abudayeh.
Uno de ellos, según indicaron algunas fuentes, habría recibido presiones para que aceptara los cambios hechos a las convocatorias, cosa que nunca toleró.
Tanto Pazos Battistini, como los anteriores renunciantes, lo hicieron a través de cartas notariales, para dejar constancia en Registros Públicos de que legalmente ya no formaban parte de la institución.
La dimisión de los mencionados llegó cuando Luis Razzeto se encontraba en la ciudad de Arequipa, celebrando el clásico que la institución hípica sureña había programado en su honor. Tras entregar el premio, el presidente del Jockey Club del Perú tuvo que adelantar su retorno a Lima para intentar salvar la situación.
Razzeto Ríos se reunió el lunes 28 con Samir Abudayeh para encontrar una solución a este delicado tema. No ha trascendido lo que ambas partes solicitaron para encontrar la mejor vía y volver a componer el Directorio, pero queda claro que no se llegó a un acuerdo y el JCP quedó oficialmente sin Consejo Directivo completo.
Tras ello es que se presentó la renuncia formal de Carolina García, quien al ver que no existía el mínimo indispensable de miembros para seguir sesionando, también decidió alejarse del equipo de trabajo.
Esta situación se vuelve compleja, toda vez que los Estatutos no dicen claramente los pasos a seguir cuando se produce una situación así. Es más, ni siquiera los contempla. Solo refiere que el presidente del JCP debe convocar a sesión del consejo cada quince días. De no hacerlo, estaría incurriendo en falta grave, según lo estipulado en el artículo 17 del Comité de Disciplina del club, que insta a los directivos a respetar los puntos que están fijados en los Estatutos de la institución.
El Directorio del Jockey Club del Perú debe estar compuesto por nueve miembros. Ante la renuncia de Peter Ramsey (en marzo y quien no tuvo reemplazo inmediato), se sumaron las de Juan Pazos, Ray Balarezo, Jorge Nicolini, Samir Abudayeh y Carolina García, dejando el grupo con solo tres componentes.
Toda vez que no hay quórum, no se puede convocar a reunión de Directorio, por lo que se cae casi de maduro la convocatoria a una Asamblea General para que el máximo organismo de la institución adelante las elecciones, que estaban programadas para marzo del 2015, y nombre un árbitro general para ello.
Habrá que ver, sin embargo, si existe otra interpretación legal a esta situación. Cualquiera que sea, lo importante es que se pueda encontrar una salida pronta al tema –en menos de un mes se inicia la temporada de remates y también se espera un pronunciamiento de la Asociación de Criadores– y que el espectáculo hípico no se siga perjudicando de ninguna forma.